El gusto por una forma de entretenimiento que presenta una acción interminable vacía se refleja en la popularidad de las películas de acción con un guión penoso por su pobreza de ideas y de lenguaje. Cada vez más, la acción tiende a desplazar el lenguaje, y las películas complejas con tramas compuestas de ideas suelen tener dos tipos de impacto en un público acostumbrado a lo superficial: parecen "lentas" o su impacto es tan fuerte que en vez de estimular la conversación, el público sale incómodo, como en "Las horas" y "Monster".
Del artículo de Karen Batres: Niños entelevisados, publicado en mural.com el 30 de abril.