Joanna Eberhart (Nicole Kidman) es la exitosa presidenta de una cadena de televisión, hasta que un suceso catastrófico hace que sea despedida y que su mundo, tal como lo había conocido hasta ese momento se derrumbe. Dicho suceso la obliga a replantearse, junto a su marido Walter (Matthew Broderick), el sentido de la vida, ambos deciden comenzar de nuevo en el suburbio de Stepford, Connecticut. Ahí Joanna conoce a Bobbie Markowitz (Bette Midler) y Roger Bannister (Roger Bart), quienes también acaban de mudarse a Stepford, todo parece tan perfecto a los ojos de estos nuevos inquilinos que termina por levantar sus suspicacias, lo que deriva en que se den a la tarea de investigar que es lo que subyace en las tan perfectas vidas de los habitantes de Stepford.
Los elementos clave parecen, en primera instancia, las esposas, todas son como Claire Wellington (Glenn Close), hermosas, felices, activas y "perfectas", a Joanna, Bobbie y Roger les intrigan, cada vez más, sus atractivas pero sumisas vecinas; como segundo elemento clave está la Asociación de Hombres de Stepford, cuya sede es una imponente mansión que parece esconder algo más tras esa fachada de club masculino en donde no solo se fuman habanos y se bebe bourbon.
En palabras del director Frank Oz "la película es una combinación de comedia con crítica social, con los sentimientos de los personajes y con nociones de maldad y perversión", sin embargo, en mi particular punto de vista, la cinta resulta un remake no muy afortunado, inconsistente en ciertos momentos y falla al tratar de incursionar en el género de la ciencia ficción, el cual tiene ciertas reglas. Las Mujeres Perfectas es un filme que no termina de abarcar ni llenar ninguno de los géneros que combina (comedia, denuncia social, thriller, ciencia ficción, etc.) sus inconsistencias y un desenlace inesperado hacen que, al final, la película resulte inverosímil.
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