diciembre 29, 2006

Anyone?

Recorrer espacios arquitectónicos y sentirme en diálogo, en contexto en ellos, es una experiencia sorprendente. Los humanos hablamos, con la lengua, con los ojos, con el cuerpo, pero siempre hay algo que ocultamos, algo que a veces sólo los ojos dejan escapar y que yo he alcanzado a vislumbrar, pero falta la confirmación verbal... El entendimiento con otro ser humano es difícil, antes de que sea posible una relación entre dos sujetos hay algo más primario, una relación con un otro que aún no está subjetivado (la "otredad monstruosa"), la fantasía es la pantalla mediante la cual el sujeto evita la apertura radical del enigma del deseo del Otro.

Sin embargo cuando recorro espacios arquitectónicos la arquitectura me habla y yo la escucho, cuando no hay nadie, ahí esta ella; comprendo el lenguaje arquitectónico cimentado en el estudio del hombre, sus necesidades, su entorno y su tiempo, los elementos de forma y espacio se me presentan, no como fines en sí mismos, sino como medios para satisfacer una necesidad del ser humano en respuesta a condiciones de funcionalidad, intencionalidad y contexto, lo real se me presenta entonces arquitectónicamente, y sólo me basta estirar el brazo, tocar el muro y sentir la conexión, es así que me identifico con aquello que la creó, con la humanidad, con mis congéneres. La arquitectura me salva, me entiende, me acompaña, me da la réplica, la critico, me critica, la arquitectura facilita cualquier reinvención, la arquitectura tiene una sutil manera de influir en mi estado de ánimo potenciando mis percepciones de maneras sorprendentes, me podrás faltar tú, pero ¡Siempre estará la arquitectura!


diciembre 16, 2006

sintonías...

A los teóricos sociales les gusta repetir que la sociedad actual es completamente "reflexiva": no hay naturaleza ni tradición que proporcione una base firme en la que se pueda descansar; hasta nuestros impulsos más profundos (la orientación sexual) se viven cada vez más como algo que se elige. Cómo alimentar y educar a un niño, cómo proceder en la seducción sexual, cómo y qué comer, cómo descansar y divertirse; todas esas esferas son objeto de una creciente "colonización" por parte de la reflexión, se las experimenta como algo a aprender y sobre lo cual decidir. Sin embargo, la principal traba de la sociedad de riesgo reside en la brecha entre saber y decisión: nadie "sabe en verdad" qué hacer, la situación es por completo "indecidible", pero de todos modos hay que decidir. El problema, entonces, no es el de la elección compulsiva (tengo libertad de elección con la condición de que tome la decisión correcta), sino lo opuesto: la elección es libre, y por ese motivo se la experimenta como más frustrante.

Nos encontramos permanentemente en la posición de tener que decidir sobre cuestiones que afectarán nuestra vida, pero sin una base de conocimiento adecuada. Lejos de experimentársela como liberadora, esa compulsión a decidir libremente se experimenta en consecuencia como una apuesta obscena y angustiante, una suerte de inversión irónica de la predestinación: se me hace responsable de decisiones que me vi obligado a tomar sin un conocimiento adecuado de la situación. La libertad de decisión de la que goza el sujeto de la "sociedad de riesgo" no es la libertad de alguien que puede elegir con libertad su destino, sino la libertad angustiante de alguien que se ve constantemente impelido a tomar decisiones sin tener conciencia de sus consecuencias.

Nada asegura que la politización democrática de las decisiones cruciales, la activa participación de miles de individuos comprometidos, necesariamente vaya a mejorar la calidad y la exactitud de las decisiones y que, por lo tanto, los riesgos vayan a disminuir. Es tentador evocar aquí la respuesta de un católico devoto ante el reproche de un liberal ateo de que los católicos son tan estúpidos como para creer en la infalibilidad del Papa: "Nosotros, los católicos, por lo menos creemos en la infalibilidad de una y sólo una persona; ¿acaso la democracia no se basa en un concepto mucho más arriesgado, en que la mayoría de las personas, millones de ellas, son infalibles?"

El sujeto, entonces, se encuentra en una situación kafkiana de ser culpable por ni siquiera saber de qué es culpable (si es que lo es): me desvela la idea de que ya tomé decisiones que me pondrán en peligro, a mí y a mis seres queridos, pero que, en el mejor de los casos, sólo sabré la verdad al respecto cuando ya sea demasiado tarde.

Nos encontramos en el centro nervioso de la ideología liberal: la ideología dominante trata de vendernos la misma inseguridad que provocó el desmantelamiento del Estado Benefactor como la oportunidad de nuevas libertades. ¿Hay que cambiar de trabajo todos los años y depender de contratos breves en lugar de contar con un puesto estable y a largo plazo? ¿Por qué no verlo como la liberación de las limitaciones de un empleo fijo, como la oportunidad de reinventarse una y otra vez, de tomar conciencia de las posibilidades ocultas de la propia personalidad y de concretarlas? ¿Ya no se puede depender del seguro médico y el plan de jubilación habituales y hay que optar por una cobertura adicional por la que hay que pagar? ¿Por qué no percibirlo como una oportunidad más de elegir: una vida mejor ahora o seguridad a largo plazo? Y si esta prédica genera angustia, el ideólogo posmoderno o de la "segunda modernidad" nos acusará de no ser capaces de asumir una completa libertad, de "huir de la libertad", o de aferrarnos de manera inmadura a viejas formas estables...

Hay una anécdota sobre Picasso durante la Segunda Guerra Mundial: un oficial alemán visitó su estudio, vio Guernica y, asombrado ante la confusión modernista de la pintura, le preguntó: "¿Usted hizo eso?" Picasso le contestó con calma: "¡No, ustedes lo hicieron!" Hoy, y ante los estallidos de violencia, muchos liberales nos preguntan a nosotros, los pocos izquierdistas que seguimos confiando en una drástica transformación social: "¿No lo hicieron ustedes? ¿Esto es lo que quieren?" Y nosotros deberíamos contestar como Picasso: "¡No, ustedes lo hicieron! ¡Este es el verdadero resultado de su política!"


Extractos del artículo: Francia violenta, la sociedad en riesgo, por Slavoj Žižek 14.Abril.2006

http://es.geocities.com/zizekencastellano/artFranvio.htm

diciembre 12, 2006

waiting for a dragon...

Un dragón vuela sobre Brasil, su fuego me alcanzó el sábado y me cambió el semblante, otra habría sido la noche de no haber sido alcanzada por sus llamas... la noche, fría y oscura, adquirió de pronto otro significado, un anhelo se acrecienta...

diciembre 11, 2006

Sabina en la FIL

Viernes 1, concierto de Sabina en la FIL, sencillamente delicioso, la Sis y yo lo disfrutamos harto: "mentiras piadosas", "y sin embargo", "calle melancolía", "contigo", "ruido", "princesa", "19 días y 500 noches" me llegaron lindo, aunque las otras, ¡también!


Gracias Sabina y Cia. por la música, gracias por la poesía, gracias por hacerme la existencia más espesa y por apagar un poquito la sed que ésta conlleva, mis espacios interiores, que se asemejan mucho a los intrincados espacios urbanos de Guanajuato ciudad, se llenaron esa noche con su música, poesía y presencia...