marzo 05, 2010

en busca del amor...


"Ángeles Caídos" de Wong Kar-wai. En una ciudad tan cosmopolita como Hong Kong en donde constantemente se interactúa con muchas personas tanto en el ámbito público como privado, cinco personajes tratan de escapar de su soledad buscando incesantemente el amor por esos breves momentos de calidez y bienestar que proporciona su búsqueda, para luego quedarse sólo con el recuerdo, el cual les hablará de aquél breve instante en que fueron felices, porque “nada es inmutable” y “todas las memorias son restos de lágrimas”, testimonio de lo que se escapó, de aquello que no terminó de ser, de un momento que llegó, o demasiado pronto, o demasiado tarde, o no atinó a llegar, porque el amor es percibido como una anhelada utopía, y como tal se vislumbra inalcanzable, aunque ello no frene a los personajes en continuar su búsqueda alentados por los breves momentos felices que se encuentran en el trayecto. Lo importante no es la meta sino el camino lleno de vivencias efímeras de felicidad que conduce a ésta.

La marcha nunca se aminora, y después de cada experiencia sólo nos encontramos con nosotros mismos, a causa, precisamente, de nosotros mismos. Cito a Meister Eckhart: “la culpa de la perturbación, no la tienen los modos [de proceder] ni las cosas: quien te perturba eres tú mismo a través de las cosas, porque te comportas desordenadamente frente a ellas”.
Al final sólo estamos nosotros con aquellas memorias de felicidad que logramos experimentar en el camino.

El personaje de Michele lo entiende y así lo manifiesta cuando al final del filme reflexiona al respecto y comparte sus pensamientos con el espectador al decir, con voz en off:

"-Cuando me voy a retirar le pido que me lleve a casa.
Hace mucho que no ando en motocicleta, de hecho hace mucho que no estoy tan cerca de un hombre.
El camino no es tan largo y sé que pronto me bajaré.
Pero siento tanto calor en este momento…"

["-I’m about to leave, I ask him to take me home.
I haven’t ridden pillion for a long time nor have I been this close to a man in ages.
The road home isn’t very long and I know I’ll be getting off soon.
But at this moment, I’m feeling such lovely warmth."]


"Ángeles Caídos" (Duo luo tian shi) de Wong Kar-wai es una joya de asombrosa belleza, y como algunos otros de sus filmes es pura poesía.

El sueño de los héroes

Emilio Gauna es un chico que profesa gran admiración por un hombre solitario llamado Valerga. Un fin de semana de carnaval Emilio invita a sus amigos, incluyendo a Valerga, a gastar el dinero que ha ganado apostando en las carreras. El encuentro con una muchacha detrás de una máscara, pero más específicamente el olvido sobre lo acontecido la última noche del carnaval de la cual después sólo podrá vislumbrar muy poco, le acosarán de esa fecha en adelante, así que el protagonista decidirá, después de haber contraído matrimonio, intentar repetir los hechos años más tarde para tratar de descubrir que fue lo que pasó.

El destino y su inevitabilidad debería ser el subtítulo de la novela. “En el futuro corre, como un río, nuestro destino, según lo dibujamos aquí abajo. En el futuro está todo, porque todo es posible. Allí usted murió la semana pasada y allí está viviendo para siempre”, dice el relato de Bioy Casares, lo que no dice, pero que el final contundente manifiesta, es que hay una fuerte predisposición a un destino en particular del que es, si no imposible, difícil escapar. El desenlace plasma una reflexión sobre la existencia de la predeterminación y su posible manifestación en la vida de los seres humanos.

“El sueño de los héroes” es también, una hermosa historia de amor, donde éste actúa como redentor temporal de un destino implacable, una lectura para disfrutar y reflexionar.