febrero 09, 2009

tierna tristeza...

En este mundo constantemente veo barbaridades, injusticias, incongruencias, y desde hace un tiempo, al darme cuenta de tales destrozos, de sus justificaciones y objetivos, una sonrisa aparece en mi rostro, así, sin forzarlo, se muestra como un reflejo, no es que me alegre pero es que ya tampoco me indigno, empezaba a preocuparme, ¿Seré insensible? ¿Por qué sonrío ante el desastre? Lo pensé mucho, y entonces, hace unos días que escucho a Ikram Antaki en una grabación de una de sus intervenciones en Monitor en la cual abordaba la historia del Papado como Institución, y una de sus reflexiones finales fue la siguiente:

"...cuando estaba repasando la historia (de los Papas) me daba una tierna tristeza. Yo colaboro contigo desde hace diez años y repetimos cada semana que de la historia hay que aprender y tu lo dices y yo lo digo, y si los hombres aprendieran, y cuando miraba esta historia me di cuenta que la gran lección, la sabiduría de la historia no es esa, nos equivocamos tú y yo, no es llegar a aprender porque nunca se aprende, es llegar a lo que se llama la risa homérica, una risa que estalla y que mueve los cimientos de la tierra, la risa que los franceses llaman: “la cortesía de la desesperanza”, el hombre no aprende la historia aunque sepa historia y entonces uno tiene que tener una sonrisa triste y tierna, y sin embargo hay que amarlos."

Entonces al fin lo entendí, a través de esa reflexión tuve la explicación de mi particular sonrisa que habla, ahora lo sé, de mi tierna tristeza... (ahora comprendo qué es la sabiduría de la historia).

1 comentario:

Doc Oscar dijo...

A dos mil doce...

Que tierna tristeza asoma el rostro de los mexicanos hoy; tan cerca,