enero 21, 2004

Recordando a Soko, allá por octubre de 1998 en Guanajuato...

Se fue de la ciudad, dejándome en una gran tristeza; tiempo después regresó queriéndome de vuelta, no le acepté... buscó consuelo en su amiga G, la cual le brindó las siguientes palabras de aliento al alguna vez cruel e inmaduro Soko:

"...pero bueno, no estés triste, se feliz, checa, ¡abre los ojos!, estás en GUANAJUATO!!!, es la neta, pide una infusión de fresa con quiwi, o un blue eyes, oí la música, ahora voltea hacía la puerta y ve: ¡La calle del truco!...¿no es lo máximo?..."

Recuerdo haber estado con él en el Café de Los Monjes sobre la calle del Truco, yo se lo descubrí la primera vez que salimos... cuando regresó a la ciudad, tiempo después, seguramente siguió el consejo de Gilma, se fue a Los Monjes, se sentó en la barra, pidió un blue eyes, y al momento que dio el primer sorbo, a ritmo de la música de Manu Chau que en ese momento se debió escuchar, giró su cabeza hacia la derecha, y ahí, en todo su esplendor, vio una instantánea de la calle del Truco...

... Ahora ya no existe el café de Los Monjes, y Soko ya no está, pero la calle del truco sigue incólume como siempre...



Guanajuato...
"Ciudad de múltiples dimensiones (de fantasía y de inteligencia, de lucha y de tradición, de trabajo y de ocio contemplativo), Guanajuato se encuentra siempre entre la leyenda y la realidad.
Mas que verla, la imaginamos. Y la inventamos cada vez que la descubrimos. Como sus calles, rápidas y tortuosas, todo nos la revela súbitamente, con la lucidez instantánea e inolvidable, y todo en seguida nos la arrebata... unos minutos y algunos pasos la transfiguran. Era presencia. Y se ha convertido en nostalgia, en ausencia, en sueño". Jaime Torres Bodet

Guanajuato. José Chávez Morado.