Cuando se ha salido del círculo de errores y de ilusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar. E.M. Cioran
enero 30, 2004
Caóticos sucesos del viernes 30 de enero...
Segundo, ya no quería relación alguna con él, sin embargo me agradó que me haya llamado, hablamos más de una hora quedando en ser amigos, me recomendó la película Lost in Translation la cual yo ya pensaba ver, más aún si está Bill Murray, mañana voy al cine...
enero 22, 2004
Sobre música y arquitectura...
"La arquitectura es una música congelada". Arthur Schopenhauer
enero 21, 2004
Recordando a Soko, allá por octubre de 1998 en Guanajuato...
"...pero bueno, no estés triste, se feliz, checa, ¡abre los ojos!, estás en GUANAJUATO!!!, es la neta, pide una infusión de fresa con quiwi, o un blue eyes, oí la música, ahora voltea hacía la puerta y ve: ¡La calle del truco!...¿no es lo máximo?..."
Recuerdo haber estado con él en el Café de Los Monjes sobre la calle del Truco, yo se lo descubrí la primera vez que salimos... cuando regresó a la ciudad, tiempo después, seguramente siguió el consejo de Gilma, se fue a Los Monjes, se sentó en la barra, pidió un blue eyes, y al momento que dio el primer sorbo, a ritmo de la música de Manu Chau que en ese momento se debió escuchar, giró su cabeza hacia la derecha, y ahí, en todo su esplendor, vio una instantánea de la calle del Truco...
... Ahora ya no existe el café de Los Monjes, y Soko ya no está, pero la calle del truco sigue incólume como siempre...
Guanajuato...
"Ciudad de múltiples dimensiones (de fantasía y de inteligencia, de lucha y de tradición, de trabajo y de ocio contemplativo), Guanajuato se encuentra siempre entre la leyenda y la realidad.
Mas que verla, la imaginamos. Y la inventamos cada vez que la descubrimos. Como sus calles, rápidas y tortuosas, todo nos la revela súbitamente, con la lucidez instantánea e inolvidable, y todo en seguida nos la arrebata... unos minutos y algunos pasos la transfiguran. Era presencia. Y se ha convertido en nostalgia, en ausencia, en sueño". Jaime Torres Bodet
enero 20, 2004
enero 15, 2004
Ejemplificando: la Teoría de la Gestalt plantea que el significado de un objeto estructurado (e.g. en la percepción visual) no depende de sus elementos constitutivos específicos; así una figura dibujada tiene significado aún cuando hay líneas discontinuas en el gráfico.
enero 12, 2004
enero 06, 2004
Aprender a pensar...
Aprender a pensar
Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba rotundamente que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.
Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: llevo el barómetro a la azotea del edificio y le ato una cuerda muy larga. Lo descuelgo hasta la base del edificio, marco y mido. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente.
Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudio, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle y le rogué que continuara.
En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: tomo el barómetro y lo lanzo al suelo desde la azotea del edificio, calculo el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por t^2. Y así obtenemos la altura del edificio.
En este punto le pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, tomas el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del Edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ¿y de otra manera?. Si, contestó, éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, tomas el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de precesión.
En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del portero. Cuando abra, decirle: "Señor portero, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo".
En este momento de la conversación, le pregunte si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR. Por cierto, para los escépticos, esta historia es absolutamente verídica.
Aprendamos a pensar, hay mil soluciones para un mismo problema, pero lo realmente interesante, lo auténticamente genial es elegir la solución más práctica y rápida, de forma que podamos acabar con el problema de raíz...y dedicarnos a solucionar OTROS problemas.
de:
http://www.psicoactiva.com/curios/c_00001.htm