julio 25, 2005

nostalgia...

...extraño mis martes de cerveza y de deleite auditivo y visual, extraño mis viernes de concierto y noches bohemias, extraño mis domingos de cineclub y cafés solitarios, extraño mis caminatas nocturnas por las calles de mi ciudad, extraño mis encuentros fortuitos con ‘where my mind is’, así como sus significativas miradas aderezadas con su encantadora sonrisa, extraño a aquel alemán con quien, en casual encuentro, disfruté de una cerveza y una hipnotizante charla en conocido recinto de la calle de San José que ya no existe más, extraño a todas esas encantadoras personas que recién conocí y con quien descubrí que comparto una afinidad sensitiva, intelectual y de intereses mutuos, extraño tantas cosas de 'esa ciudad'... inclusive me he sorprendido sintiendo nostalgia hasta por aquello que no viví, y sin embargo, por alguna ‘extraña’ razón, no quiero dejar de extrañar...

5 comentarios:

Alberto Espejel Sánchez dijo...

Ahí era imposible perderse. Una vez, luego de escuchar dos horas de jazz improvisado por un noruego y un catalán en un bar ubicado en un segundo piso, decidiste llegar caminando hasta el mirador, supiste que otredad era un concepto imposible, recordaste a Camus, supiste que cada lucecita encendida eras tú multiplicándote en la invención de alguien más, tal vez la mía, que comprende tus palabras, que sin embargo no te reconoce.

(No sólo eran domingos nocturnos de un cine club donde no necesitábamos palomitas; no sólo eran noches carentes de una, llamémosle así: oferta cultural y de entretenimiento; no sólo eran palabras en una mesita incómoda, bajo un árbol, con un americano con chocolate (en ningún otro lado he encontrado un café así) con un perro de nombre Don Quijote echado entre mesa y mesa, ladrando ocasionalmente, mientras se hace de noche en la plazuela, la cual es atajo para los paseantes, envidia para los automovilistas; no sólo era la certeza de que en cualquier momento puedes agarrar una diminuta valija y pedir rai para llegar a la sierra en busca de perder tu brújula; no sólo era el bar donde todos nos encontrábamos muy entrada la noche (y bailábamos, bailábamos mal pero nos divertíamos); no sólo eran los túneles que parecían de papel craft; ni la escalinata donde sabíamos que todos podrían estar (esa era la ventaja: era una duda que a cada noche había que responder); no sólo era la noche devorándonos a todos en un cielo bravo y hermoso: era la tierra mágica, con su aire encantador, y esa huella que sabes reconocer te acompñará siempre. Se han dicho tantas cosas de ese lugar. Y sin embargo aquí estamos, huérfanos de centro, con un piolín que sale de nuestros bolsillos)

Lidia dijo...

recuerdo con mucha nostalgia y a la vez alegría el día que nos conocimos, en aquel cafecito que esta en el baratillo, ojala nos veamos ahora este fin de semana.
un abrazo fuerte :)

Unknown dijo...

Ah! ¿Pero no es bonita la nostalgia? Digo, aquí ni las estrellas se ven...

Teacher Pau dijo...

Termino siempre por comprobar que no hay forma de dejar de extrañarlo.

No pude dejar de sonreir tristeza porque me reconozco en sus palabras y hasta al buen quijote extraño.

jAz dijo...

Alberto: ..."imposible perderse" tienes razón, aunque irónicamente eso era lo que deseábamos ciertas veces, me acuerdo de aquella frase que leí en tu blog: "tu Guanajuato no tiene nada que ver con el mío", 'nuestra ciudad' impacta de manera diferente al que la conoce, pero terminamos reconociéndonos en ella, es parte de nuestra esencia, de ahí la fuerza de su impacto y la identificación mutua entre las personas que la han 'vivido', su recuerdo nos acompaña... me identifiqué mucho con tus palabras (me encantó la forma y el fondo de tu escrito), ¡definitivamente vivencias paralelas! gracias por compartirlas...

Lidia: Concuerdo contigo, fue lindo y afortunado conocernos en ese chispeante lugar, me trae buenos recuerdos, abrazos!

Mekishiko.NoNeko: ...Ahh, la nostalgia, tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida, es, a la vez, una inagotable fuente de inspiración y un excelente motor creativo...

Ana: ...¡y siguen las vivencias paralelas! extrañemos juntas entonces, un abrazo...