Sondeamos precipicios y abismos,
hoy no es ayer pero seguimos,
las ramblas que se llenan cada vez que nos vemos
se profundizan y acrecientan al paso del tiempo.
No soy más yo que cuando estoy contigo,
ahí, donde dices no valer nada, lo vales todo sin saberlo,
ante la trascendencia de tal afirmación enmudezco,
el instinto de supervivencia me priva de decirte lo que siento.
No me alcanzan las palabras,
¿Cómo expresar esa voluntad, la sintonía, las ganas, el instinto y el deseo?
Sólo encuentro cuatro: dos dragones al encuentro.
Dos dragones esperando en vuelo por un deux ex machina.
1 comentario:
Tranquila, dragona.
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