La derecha y la izquierda, generalmente referidas a la orientación de la mano, son términos anatómicos de gran precisión, puesto que el punto de referencia, que es el cuerpo, permanece en una posición determinada. Cuando afirmamos de alguien que es diestro o zurdo no hay duda alguna acerca del significado, así también en política. La distinción entre izquierda y derecha se aplicó en la Francia revolucionaria, la Asamblea Constituyente, inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a la que se designó como el Llano. Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico, mientras que La Montaña propugnaba por un estado revolucionario. Al grito de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", se produjo una identificación de la izquierda con la radicalización revolucionaria y se desencadenó en Francia una etapa de utopías donde los implacables Robespierre, Danton y Marat fueron los caudillos y los definidores del primer partido político francés que se situó a la izquierda.
<<¿Qué es exactamente lo que se entiende por derecha? En cada época y país, las dos grandes corrientes políticas a las que identificamos con la derecha y la izquierda se definen, en buena medida, una en función de la otra, pero cada una tiene ciertos elementos distintivos que le pertenecen de origen. Al final del siglo XVIII, cuando se acuñaron en Francia los dos conceptos en cuestión, el ser de derecha significaba tomar partido por la aristocracia, los terratenientes, la Iglesia Católica y el conjunto de los intereses creados, es decir, por la minoría privilegiada. Esa característica original se mantiene. Si para Raymond Aron, el famoso sociólogo francés identificado con el pensamiento conservador, los rasgos fundamentales de la izquierda eran: el énfasis en la libertad individual, el papel central de la organización política (necesaria para enfrentar a la derecha y cambiar el régimen) y la lucha contra los privilegios del nacimiento y de la riqueza (The Opium of the Intellectuals, Md., University Press of America, 1985, p. 32), entonces, la derecha se distinguiría por lo opuesto. En contrapunto, lo opuesto giraría en torno a la libertad como limitación del poder y de la acción del Estado en favor de la lógica del mercado, organizaciones basadas menos en las instituciones políticas y más en las "comunidades naturales" -la familia y la corporación- y finalmente y, en cualquier caso, una igualdad que tiene como límite infranqueable el no extenderse al campo de lo social, pues la desigualdad entre los hombres es natural e incluso deseable como motor de la libre empresa y del capitalismo. En otras palabras, la libertad tendría como frontera el respeto a la desigualdad económica, a la propiedad privada.
Desde la perspectiva de la derecha, la desigualdad es inherente a la sociedad, por ello el gran reto de la política es mantenerla sin que las contradicciones desemboquen en choques de clase. De ahí el gran valor que el pensamiento conservador da, entre otras cosas, a la tradición y a la religión, como fuentes legitimadoras de las discrepancias, la autoridad y la conformidad. Y es justamente el factor religioso el que está dando su peculiaridad a esta etapa de ascenso y afianzamiento conservador.>>*
* Lorenzo Meyer en el artículo “Una derecha particularmente peligrosa” publicado en Reforma el 31 de mayo.
2 comentarios:
Hola!!
creo que lo humano siempre sera considerado leftie, aunque lo que parece natural es una cruza rara entre los dos.
Te mando un abrazo!!
Derechas e Izquierdas... ¿Por qué no una tercera vía? No la del medio, sino una tercera opción que tome lo mejor de cada extremo e intermedio. ¿Pero esa opción existe? No, lamentablemente. Pero puede ser creada. Para aquellos con alma revolucionaria sería un desafío.
Saludos Jaz! Bueno leerte.
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