mayo 15, 2006

como esperando a Godot...

Días de nubes, relámpagos y lluvia, me gustan, llegan de repente como un remanso frente al sol y al calor característicos de la temporada. Hoy la tarde es así en Guanajuato, no hay sol y llueve, el cielo truena; recién terminé de leer un ilustrativo y divertido drama, perfecto para estos días nublados y húmedos en los que Sigur Rós me hace compañía, en dicho drama se enfrentan cinco dramaturgos del siglo XX, y en él se imita las formas con las que se identifica a cada uno de ellos: el drama de tesis de Shaw, el metateatro de Pirandello, el drama didáctico de Brecht, el teatro del absurdo de Ionesco y la farsa metafísica de Samuel Beckett. El drama se titula: Dr. Godot o Seis personajes en busca del decimoctavo camello. Una farsa metadramática.*

La escena sucede en la sala de lectura de un hospital psiquiátrico de Palo Alto, California, en la unidad de esquizofrénicos. En la sala se encuentran casi siempre los mismos pacientes. Son cinco hombres, y todos tiene algo en común: cada uno de ellos cree ser un gran dramaturgo del siglo XX. Por eso se hacen llamar por los nombre de estos dramaturgos, e incluso los médicos los llaman así: Shaw, Pirandello, Brecht, Ionesco y Beckett. A través del diálogo los personajes exponen y defienden sus posturas filosóficas y cuestionan las de sus compañeros, establecen sus diferencias y a través de ellas se dan cuenta de lo que tienen en común: la esencia del drama moderno, la representación del carácter autorreferencial de la comunicación privada por medio de la autorreferencialidad. El observador es parte integrante de lo que observa, una observación es siempre autorreferencial en la medida que remite al mismo sistema que la realiza, y la observación de la sociedad resulta como inherentemente autorreferencial, dado que cualquier actividad solamente puede tener lugar dentro de la sociedad; me sorprende lo difícil que resulta comunicarse, y como esta incomunicación enfatiza la extrañeza y el aislamiento humanos.

Dice el personaje de Shaw: Pero en los dramas de Sam y Eugène, los espectadores nunca salen de su incertidumbre; los personajes siempre saben más que el público; se presuponen cosas que no se explican jamás. ¡Vosotros convertís al público en un ser absolutamente marginal y no le dais ninguna información! (lo comprendo, cierto 'personaje' me tiene a mí en la misma incertidumbre...)

Más adelante el personaje de Pirandello apunta: Mis dramas se inspiran precisamente en la experiencia de que el intento desesperado de comunicarse acaba impidiendo la comunicación, en la experiencia de que cada uno de nosotros está herméticamente encerrado en su propio mundo interior. (A veces estoy firmemente convencida de mi capacidad para darme a entender, pero comienzo a creer que con ciertas personas soy incapaz de comunicarme...)

Disfruté mucho esta lectura que trata de ilustrar que forma y contenido en comunicación son inseparables. Según el autor como en las situaciones conflictivas íntimas no suele haber más que íntimos conflictos comunicativos, la comunicación se convierte en algo interminable. El drama moderno extrae de aquí su tema y su forma, tomando como tema precisamente su medio -la comunicación misma-; de este modo se vuelve paradójico, contradictorio, desconcertante y absurdo. (Aquí me acordé de lo que dice Woody Allen al final de Annie Hall, ahora entiendo por qué me causó ruido entonces, lo escribí acá)

Mi lectura vespertina me hizo pasar un buen rato y me puso a pesar: analicé las formas y contenidos en mi comunicación con mis semejantes y me hice una autocrítica, no salí muy bien librada por cierto, los problemas de comunicación están por todas partes.


* Dietrich Schwanitz, La cultura, Madrid, 2002. pp. 254-273.

3 comentarios:

Robert Blues dijo...

Vaya, qué decir, creo que por el sólo título dificilmente me hubiera acercado a ese drama. Si, confieso que no conozco ni a Beckett, Shaw, Pindarello ni nada.

Claro, eso no impide que este de acuerdo con muchos de tus comentarios, este en particular me gusto:
"El observador es parte integrante de lo que observa, una observación es siempre autorreferencial en la medida que remite al mismo sistema que la realiza, y la observación de la sociedad resulta como inherentemente autorreferencial, dado que cualquier actividad solamente puede tener lugar dentro de la sociedad".

Y esto, aunque el tema tratado es completamente distinto, me recordo al Mono desnudo, me acuerdo que me sorprendio bastante cuando leí las primeras páginas de ese libro, porque hablaban del hombre como de cualquier otro animal, sin mayores concesiones. Un punto de vista interesante, si.

¿Viste la película de El hombre que nunca estuvo? si, tampoco tiene mucho que ver, pero ahi hacen mención del principio de incertidumbre de una manera muy hermosa, y al leer tu post no se porque me acordé de eso.

En fin, te mando un abrazo, y disculpa las extrañas variaciones de tema ( en realidad, me pasa casi siempre).

Alberto Espejel Sánchez dijo...

pero tú te comunicas bien conmigo, yo te entiendo y me gusta qué manera de conducirme a tus mensajes, claros y cuevanenses

he estado haciendo poemitas de lectura rápida y fugaz, como los superhéroes de marvel, ojalá te des una vuelta por bLANCO

como siempre, tu introspección con respecto a la comunicación no sólo apunta al absurdo sino a la relatividad y a la experiencia del yo que lo lleva a una individualidad, la comunicación es imposible de estructurar porque, aunque es una acto de dos, ciertamente siempre son distintos esos dos

por ahí hice un pequeño poema llamado MAR:

un mismo pergamino
distintos mandalas

algo así como: una misma cosa, incuestionable, y sin embargo todos la percibimos distinto

algo así con la comunicación etcétera, empecé a bostezar, emPC

un fuerte abrazo que te deje la espalda (chávez) morada

jAz dijo...

Hey robert blues, no os preocupeis por las 'extrañas variaciones', a decir verdad creo que son más comunes en la comunicación de lo que creemos, una cosa nos remite a otra, a veces el motivo es explícito, otras no, es ahí en donde hay que confiar en el sexto sentido, la explicación sobre el vínculo nos llegará a su tiempo, ¡un abrazo para tí también!

Hola Alberto, ¡cómo disfruto y me retroalimento siempre de todo lo que me escribes! Me has hecho so happy, por supuesto que me daré una vuelta por bLANCO, me encantan los poemitas fugaces además de que tú también te comunicas bien conmigo, no dudo que los disfrutaré harto.

Por cierto, el mismo abrazo 'chávez morado' para tí :o)