noviembre 21, 2005

¿fortuitos encuentros?

Sábado ...un café en el Stbcks de Mazarik previo a la función de cine (¡que nunca llegaría!), disfruté conversar con Hdk, andaba algo depre y él logró ponerme de buenas, ya listos para ir a la función recordé un encargo de la ‘sis’ -¿alguna librería cerca?- pregunté, -El Péndulo está a la vuelta- me respondió, hacia allá nos dirigimos, desafortunadamente el libro que buscaba estaba agotado, afortunadamente había mucho más que ver. Que lugar tan agradable, lleno de tantos y tantos libros, y si a eso le sumamos dos adictos a la lectura que han sobrepasado su dosis diaria de cafeína (parecíamos niños en dulcería)... yo me fui a buscar algo de Beckett y Hdk se encontró sorpresivamente con su amigo Jm que después me presentó (¡encantador!), Jm buscaba algo de literatura rusa y le pidió a Hdk consejo, al final el buen Jm se decidió por “Los hermanos Karamazov”, -estoy en mi etapa de Dostoievski- confesó, Jm nos presentó a su vez a Tn, inteligente y joven chica que sabe mucho pero mucho sobre libros (autores, editoriales, ediciones, colecciones, etc.), siempre agradezco conocer mujeres como ella, le participé mi gusto por la novela negra y las ganas que de pronto me dieron por comenzar una, enseguida me recomendó a Raymond Chandler y en ese momento se dirigió al estante correspondiente y me extendió "La ventana alta", -¡te va a encantar Philip Marlowe! (detective de la novela)- me dijo, agradecí su recomendación y tomé el libro.

A punto de partir y la lluvia nos atrapó por otro largo rato, terminé comprando el título recomendado por Tn, algo de Cioran y 2 pelis, dejé Molloy de Beckett por el momento (en otra ocasión comenzaré con esa primera novela de su trilogía) y descubrí ‘Beckett on film’ en la sección de DVDs (se ha convertido en parte de mis objetos deseados).

La lluvia cesó, pero vimos a Jm muy a gusto en un sillón tomando café y decidimos acompañarlo, al final estábamos todos los recién conocidos tumbados en los sillones, tomando café, platicando sobre literatura y otros temas y disfrutando de la mutua compañía, Tn nos contó una que otra anécdota sobre los clientes de la librería (reímos mucho), también tratamos de analizar las casualidades que nos hicieron terminar ahí y conocernos -¿o fueron causalidades?- nos preguntamos... todos teníamos otros planes, ninguno tenía en mente estar ahí esa tarde (con excepción de Tn) y resulta que ahí terminamos todos, conociéndonos, platicando y disfrutando de nuestra compañía por largo rato (de 6:00 a 11:00 pm).

Me la pasé excelentemente bien ahí, nos despedíamos y nadie se iba, -¡Ojalá se repita!- concluimos todos, después de despedirme en la helada noche me fui a mi ‘cueva’, agradeciendo al universo por esas disfrutables y encantadoras casualidades que me brinda. Una vez en ‘cuevita’ me dispuse a leer a Chandler en la atinada recomendación que la genial Tn tuvo a bien hacerme…

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