septiembre 08, 2005

wake up and smell the coffee...

Hoy es uno de esos días en que me siento feliz y satisfecha de ser quien soy, en una fría mañana, frente a una taza de café recién hecho, pienso en lo que quiero y en aquel al que quiero, los recuerdos llenan su ausencia, al cerrar los ojos logro verlo, sonriéndome, hablándome con la mirada, esa mirada que me sacia y me llena de una increíble paz, él está ausente pero conmigo, ahora sólo somos yo, su recuerdo, mi imprescindible café de la mañana, la lectura de Benedetti y la Sinfonía #9 en mi menor Op. 95 de Dvorak (New York Philharmonic), ¿podré en lo subsecuente igualar o superar la momentánea satisfacción que ahora me atrapa?...

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