Noche de ayer, noche lluviosa, noche de relecturas, de música y de té...
Un día de mi adolescencia, mi madre me dijo una frase inolvidable: “Eres demasiado inteligente para ser un artista”. Y no me lo dijo con complacencia sino como aflicción. No entendí; ahora entiendo. Un artista no puede tener un espíritu crítico preponderante, una autoconciencia que ponga en duda su convicción. En el escenario no cuenta lo acertado de la propia opinión sino la fuerza de la propia idea, incluso en el caso de que esté equivocada. Una vez emprendido el laborioso recorrido de la autoconciencia, ya no está permitido volverlo a pensar: por este camino no se puede dar marcha atrás. Por tanto, ciertas preguntas que haría bien en no ponerme vuelven a sonar en mi cabeza cada vez que cumplo mi modesto rito laico en una sala de conciertos. *
* Fragmento de “Para que toca un pianista”, Michele Campanella.
p.s. No entendí; ahora entiendo...
(Soundtrack nocturno: Sinfonía # 4 "Italiana" de Felix Mendelssohn, Té nocturno: Earl Grey, dos tazas, delicioso aroma by the way...)
1 comentario:
Justo lo mismo me pasa en misa. Para tomar misa como un buen catolico "no cuenta lo acertado de la propia opinion sino la fuerza de la propia idea" Y como mis preguntas no las puedo preguntar en misa no puedo ser un buen catolico.
Pero entonces soy cristiano...?que sera Michele Campanella si no es un artista?
Mmmmhhh!! Earl Grey! magnifica eleccion!
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