agosto 10, 2004

lunes en el cineclub...

Dios es grande, yo soy pequeña. Francia, 2001. Una cinta paródica de Pascale Bailly, sobre lo que une a dos personas y aquello, que a su vez los desune. Michèle (Audrey Tautou), una joven modelo, y François (Edouard Boer), un veterinario en sus treintas, son dos personas que no sirven para estar juntas, sin embargo la atracción que hay entre ellos los obliga a soportar su disparidad de caracteres y criterios sobrellevándose mutuamente ante la mirada deseperante del espectador.

La película hace uso de las páginas del diario de Michèle para narrar la historia, comienza diciendo "Tengo 20 años e hice un desastre con mi vida", esto debido a que acaba tanto de terminar una relación con Bertrand (Mathieu Demi), como de sufrir un aborto. A raíz de ello trata de buscar consuelo en la búsqueda de una espiritualidad que no consigue encontrar, y en la realización de un amor que está destinado a fracasar.

El es judío y ella católica no practicante con tendencias hacia el budismo, sin embargo, para tratar de disminuir ese gran abismo entre ella y su amado, Michèle toma cursos de judaísmo y está pensando convertirse después de que descubre el goce en aquello que estudia (temática que ocupa casi la mitad de la película). Al pasar del tiempo descubre que su plan no tiene éxito, su pareja no está tan interesada en ser un judío practicante como ella, y se avergüenza, en cierto sentido, de sus orígenes. Existe, tanto en él como en ella, un conflicto interno de identidad. Es precisamente la búsqueda de la identidad lo que lleva a Michèle a experimentar con diferentes religiones buscando en ellas una explicación de la vida y un sentido de pertenencia a "algo" debido, tal vez, a la desintegración de su núcleo familiar y una madre que parece rechazarla a cada momento.

El carisma de Audrey Tautou, aunado a la reflexión sobre la importancia de la religión en la vida de las personas y si a ésta debe estar supeditado el amor que se siente por alguien, son los elementos que a mi punto de vista salvan el filme.

La sensación de desesperación me duró toda la película, ambos tienen conflictos de identidad y planes de vida muy diferentes, es por ello que fracasan al tratar de construir una relación, desde mi perspectiva disfrutarían más de su atracción al aceptar que sólo funcionan como amantes, el es tan conflictivo y de todo arma una alharaca que dan ganas de mandarlo al carajo en la segunda cita, ella es linda y agradable, pero tan permisiva y sacrificada, y con tan sólo una pizca de amor propio que es incapaz de imponerse a si misma sobre los demás.

Toda la película como espectadora me pregunté "¿en que momento se fue a encontrar a este tipo?, ¿por que no lo deja?", pero ya lo dijo Anatole France: "Las verdades que revela la inteligencia permanecen estériles. Sólo el corazón es capaz de fecundar los sueños", sin embargo, François nunca estuvo interesado en fecundar nada, así se lo dijo a una decepcionada Michèle cuando ésta creía enfrentarse a lo que la hizo escribir en su diario, al inicio de la cinta: "Tengo 20 años e hice un desastre con mi vida"...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo lo que nos sucede, entendido adecuadamente nos conduce de regreso a nosotros mismos.
Jung.

Anónimo dijo...

Todo lo que nos sucede, entendido adecuadamente nos conduce de regreso a nosotros mismos.
Jung.